Por mucho que tengamos una imaginación prodigiosa, que lo hayamos visto en revistas y en televisión mil veces y que sepamos que Sotogrande es un destino excepcional donde los haya (y con excepcional nos referimos a lujoso, excelente, selecto y a todos los sinónimos que se nos ocurran y que, muy probablemente, repetiremos a lo largo de este artículo hasta la saciedad) , probablemente no seamos capaces de dibujar en nuestra mente algo ni remotamente parecido a este exclusivo enclave .
Porque hablamos de un rincón del sur que, ubicado en el límite entre las provincias de Cádiz y Málaga y camuflado entre el paisaje que flanquea la N-340, lleva nada menos que toda una vida sirviendo de refugio a personalidades influyentes de medio mundo.
Concretando: en Sotogrande se aúnan el máximo lujo y el glamur con algo que todo perfil de este calibre desea para su vida privada: discreción.
Con esta filosofía nació allá por los 60, fruto del azar, el que está considerado el resort privado más selecto de toda Europa. Una larga historia que te resumimos en un par de frases: Joseph McMikking, gran magnate y empresario de origen filipino, quiso invertir en la costa mediterránea con la intención de levantar una elegante urbanización de élite.
Le encomendó la tarea de echar un vistazo a posibles terrenos a su primo, Freddy Melian, que durante sus vacaciones recorriendo España en moto, lo tuvo claro: este hermoso espacio frente a Marruecos, de cara a Gibraltar y con el Mediterráneo como telón de fondo, era el lugar idóneo.
Y así se creó Sotogrande, lo más parecido a un inmenso patio de recreo para la créme de la créme de la jet set nacional y extranjera en el que la felicidad es el estado predominante.
Vale que muchos de nosotros no pertenezcamos a esa selecta parte de la población que puede permitirse el lujo de dormir en el corazón de Sotogrande, pero dar un paseo por la urbanización más exclusiva de Europa siempre será un gustazo.
Lo más fácil –y práctico– es empezar por su puerto deportivo, considerado, además, el primer puerto del Mediterráneo. Y no, no nos referimos a que sea el más antiguo, sino al número uno de verdad: en calidad, –y en bonito, todo hay que decirlo–, ninguno supera a Sotogrande.
En ella, entre decenas de canales que recuerdan a una pequeña Venecia, descansan barcos de todas las esloras y categorías, un total de 1380 atraques, hasta 1426 viviendas de lujo, tiendas de diseño, galerías de arte y restaurantes de lo más distinguidos.
También un hotel, el Club Marítimo de Sotogrande, que situado en el corazón del puerto de Sotogrande, es pura elegancia. Fue reformado en 2005 según las directrices del interiorista Pascua Ortega y cuenta con 41 espectaculares habitaciones repartidas en suites, dobles y áticos.
En los días claros no hay que hacer ningún esfuerzo: desde el Puerto de Sotogrande se contempla Gibraltar, que parece casi rozarnos, y la silueta de la vecina Marruecos de fondo.
Entre pantalanes –9 en total– los aficionados a la navegación ponen sus barcos a punto antes de salir de excursión o de participar en alguna regata. En los días de sol el panorama es espectacular.
El Real Club Marítimo de Sotogrande es otro de los edificios que se alza entre veleros y yates de lujo. Junto a su escuela de vela organiza innumerables campeonatos y regatas de carácter nacional e internacional –ojo: ha sido sede de la Copa de España en nivel crucero hasta en 10 ocasiones–. Algo que atrae hasta la zona a aficionados llegados desde todos los rincones del mundo.
Y llega el turno de la playa, que para algo estamos en la costa. Y en este aspecto, Sotogrande tampoco escatima en lujos: 17 kilómetros de litoral y tres playas con Bandera Azul reclaman, una vez más, la excelencia. Para gozarlas, ¿qué mejor que acercarnos hasta algunos de sus afamados beach clubs?
Pero si existe una palabra indisociable al nombre de Sotogrande esa es, sin lugar a dudas, polo. La primera cancha de este deporte se construyó aquí en el 65 y, aunque ha llovido muchísimo desde entonces, lo ha hecho con suficiente fuerza como para hacer crecer la afición por este deporte de élite.
El Santa María Polo Club se ha convertido en uno de los clubes más importantes del mundo y en sus canchas se han celebrado hasta 48 ediciones del Torneo Internacional MANSION de Polo. Un evento anual –de los 25 que hay al año–que es ya toda una tradición de las tardes de verano en la zona.
No, no nos olvidábamos del golf, en absoluto: solo lo habíamos dejado para el final. Otro de los deportes clave en este referente mundial del lujo y la exquisitez tenía que contar con su espacio. Y no es para menos: Sotogrande acoge en su territorio hasta nueve campos diferentes. Y entre ellos, el mitiquísimo Valderrama Club de Golf , que ostenta, desde el 88, el título de mejor campo de toda Europa continental.
Y si algo hay que destacar de él, no es solo su calidad: también su historia. Ya en el 97 formó parte de un hito histórico al ser el primer club de Europa continental que acogía la Ryder Cup, que celebraba entonces su 32 edición –y en la que participaba por primera vez un jovencísimo Tiger Woods–. Eventos como el Volvo Masters o el Andalucía Valderrama Masters amplían el listado de torneos del club que se ha ganado el título de “meca del golf” para todo los amantes de este deporte.